¿Estamos ante un debate ideologizado?
Se podría suponer que, según los firmantes, la teoría que no va en contra de los intereses de nuestro pueblo es la clásica, la representada en este mapa:
Se puede buscar en Wikipedia, en la entrada Vasconización tardía y se encuentra la siguiente información:
De los (cerca de) 30 autores citados son mayoría (70%) los ciudadanos no-vascos que la apoyan. Por el
contrario, entre los expertos que son (o eran) ciudadanos vascos, el 70% ven problemática la citada teoría. De ello es difícil deducir nada, pero si permite preguntarse sobre la ideologización del debate.
¿Cuál debería ser el relato de alguien que defendiera la teoría clásica y quisiera apoyarse en datos científicos? Hagamos un intento:
Hace aproximadamente 5000 años, según prueban los recientes estudios de genética antigua, pueblos de Oriente Próximo se movieron lentamente ocupando todo Europa. Traían la cultura neolítica, es decir, la agricultura y la ganadería, y se mezclaron intensamente con las poblaciones mesolíticas europeas.
Considerando que es un hecho bastante común que los poseedores de una cultura superior (en este caso la neolítica) impongan, pacificamente o no, su lengua, es probable que el euskera, así como otras muchas lenguas preindoeuropeas, llegara con esos agricultores. Sin embargo, esta es solo una hipótesis.
Debido a esa circunstancia, en los milenios V y IV a.C., habría múltiples lenguas preindoeuropeas diseminadas por buena parte de Europa. Posteriormente, a principios del milenio III, y procedentes, tal vez, de las llanuras pónticas (N. del mar Negro y del mar Caspio) llegaron los grupos humanos denominados genéricamente indoeuropeos. Traían como novedades el pastoreo del caballo y el uso del carro. Se impusieron en gran parte de Europa, pero no entraron en nuestro territorio (en la zona más extensa del mapa anterior).
Este hecho estaría en consonancia con los últimos estudios genéticos: la población vasca, tanto peninsular como continental, no tiene los marcadores genéticos típicos de los indoeuropeos. Este es, por otra parte, uno de los puntos débiles de la teoría de la Euskaldunización tardía.
Si se supone que los territorios de Euskal Herria no fueron invadidos por los indoeuropeos (entre ellos los celtas, que a lo largo de todo el primer milenio a.C. se impusieron en gran parte de Europa) ¿cómo explicar los elementos culturales celtas en el territorio occidental vasco?
¿Aculturación? Es posible, pero también es cierto que nuestros prejuicios actuales nos pueden llevar a conclusiones equivocadas. Hay que tener en cuenta que se tiende a pensar en territorios monolingües, cuando esta circunstancia pudo ser excepcional en la antigüedad.
Se podría suponer que en el occidente de nuestro país existían poblaciones mayoritariamente vascófonas pero con fuertes influencias culturales celtas, debido a la existencia de élites guerreras que habrían asimilado esa cultura. Ellas serían las responsables de la existencia de la cultura de castros o de la toponimía celta.
Cuando los más famosos indoeuropeos, los romanos, aparecieron en la región, modificaron, en parte, el statu quo. Su enfrentamiento con los celtas (galos, cántabros, astures, celtíberos, etc.) haría declinar la importancia de esas élites proceltas en el territorio. La ausencia de referencias a una conquistar militar romana de las provincias occidentales de Euskal Herria sería también indicativa de una celtificación poco profunda. Las nuevas élites generarían un nuevo bilingüismo asimétrico: latín en las minorías romanizadas y euskera en la mayor parte del pueblo. Esta dicotomía, lengua de las élites-lengua popular, es un hecho que se ha mantenido hasta hoy en nuestro país.
Otro de los argumentos a favor de la vasconización tardía es la escasez de teónimos y antropónimos vascos en la epigrafía romana de la época. Esta circunstancia podría ser debida a que sólo las escasas élites romanizadas serían enterradas bajo lápidas con inscripciones en latín, mientras que las clases populares, mayoritarias, tendrían un modelo no-romano de enterramiento.
El hecho excepcional de la numerosa epigrafía romana con nombres vascos en una región muy concreta de la vertiente septentrional de los Pirineos Centrales puede tener una explicación diferente a la que algunos plantean. ¿Traslado masivo de vascones muy romanizados a la rica zona del Alto Garona en época de Pompeyo? ¿Un pueblo, el aquitano, asentado en la mencionada región del Alto Garona y emparentado lingüisticamente con los vascos, que se romaniza intensamente y luego se diluye en una amalgama de otros pueblos? Cualquier hipótesis es más creible que suponer que ese territorio fuera la cuna vascona ¿Dónde están los vestigios epigráficos de ese lento avance vascón desde la parte central de los Pirineos hacia el oeste?
Por último, es razonable pensar que en los siglos V-VI los vascones, que ya habían adoptado algunas de las costumbres de sus poderosos vecinos francos, hicieran valer su prestigio militar y extendieran esas costumbres y su propia variedad dialectal del euskera entre la población occidental. Este hecho permitiría explicar
1º La poca variación entre los dialectos vascos de la que hablan los lingüistas (p.ej., Mitxelena) y
2º La fácil expansion del euskera "navarro" en unos terrritorios con lenguas vascas afines, frente a la problemática marginación del latín que postula la teoría de la vasconización tardía.
Y, sin embargo... la idea de un euskera vigoroso que fue capaz de conquistar nuevos territorios frente al sacrosanto latín es muy atrayente. ¿Por qué no, ahora también, un avance frente a las poderosas lenguas romances que le rodean?
¿Cuál debería ser el relato de alguien que defendiera la teoría clásica y quisiera apoyarse en datos científicos? Hagamos un intento:
Hace aproximadamente 5000 años, según prueban los recientes estudios de genética antigua, pueblos de Oriente Próximo se movieron lentamente ocupando todo Europa. Traían la cultura neolítica, es decir, la agricultura y la ganadería, y se mezclaron intensamente con las poblaciones mesolíticas europeas.
Considerando que es un hecho bastante común que los poseedores de una cultura superior (en este caso la neolítica) impongan, pacificamente o no, su lengua, es probable que el euskera, así como otras muchas lenguas preindoeuropeas, llegara con esos agricultores. Sin embargo, esta es solo una hipótesis.
Debido a esa circunstancia, en los milenios V y IV a.C., habría múltiples lenguas preindoeuropeas diseminadas por buena parte de Europa. Posteriormente, a principios del milenio III, y procedentes, tal vez, de las llanuras pónticas (N. del mar Negro y del mar Caspio) llegaron los grupos humanos denominados genéricamente indoeuropeos. Traían como novedades el pastoreo del caballo y el uso del carro. Se impusieron en gran parte de Europa, pero no entraron en nuestro territorio (en la zona más extensa del mapa anterior).
Este hecho estaría en consonancia con los últimos estudios genéticos: la población vasca, tanto peninsular como continental, no tiene los marcadores genéticos típicos de los indoeuropeos. Este es, por otra parte, uno de los puntos débiles de la teoría de la Euskaldunización tardía.
Si se supone que los territorios de Euskal Herria no fueron invadidos por los indoeuropeos (entre ellos los celtas, que a lo largo de todo el primer milenio a.C. se impusieron en gran parte de Europa) ¿cómo explicar los elementos culturales celtas en el territorio occidental vasco?
¿Aculturación? Es posible, pero también es cierto que nuestros prejuicios actuales nos pueden llevar a conclusiones equivocadas. Hay que tener en cuenta que se tiende a pensar en territorios monolingües, cuando esta circunstancia pudo ser excepcional en la antigüedad.
Se podría suponer que en el occidente de nuestro país existían poblaciones mayoritariamente vascófonas pero con fuertes influencias culturales celtas, debido a la existencia de élites guerreras que habrían asimilado esa cultura. Ellas serían las responsables de la existencia de la cultura de castros o de la toponimía celta.
Cuando los más famosos indoeuropeos, los romanos, aparecieron en la región, modificaron, en parte, el statu quo. Su enfrentamiento con los celtas (galos, cántabros, astures, celtíberos, etc.) haría declinar la importancia de esas élites proceltas en el territorio. La ausencia de referencias a una conquistar militar romana de las provincias occidentales de Euskal Herria sería también indicativa de una celtificación poco profunda. Las nuevas élites generarían un nuevo bilingüismo asimétrico: latín en las minorías romanizadas y euskera en la mayor parte del pueblo. Esta dicotomía, lengua de las élites-lengua popular, es un hecho que se ha mantenido hasta hoy en nuestro país.
Otro de los argumentos a favor de la vasconización tardía es la escasez de teónimos y antropónimos vascos en la epigrafía romana de la época. Esta circunstancia podría ser debida a que sólo las escasas élites romanizadas serían enterradas bajo lápidas con inscripciones en latín, mientras que las clases populares, mayoritarias, tendrían un modelo no-romano de enterramiento.
El hecho excepcional de la numerosa epigrafía romana con nombres vascos en una región muy concreta de la vertiente septentrional de los Pirineos Centrales puede tener una explicación diferente a la que algunos plantean. ¿Traslado masivo de vascones muy romanizados a la rica zona del Alto Garona en época de Pompeyo? ¿Un pueblo, el aquitano, asentado en la mencionada región del Alto Garona y emparentado lingüisticamente con los vascos, que se romaniza intensamente y luego se diluye en una amalgama de otros pueblos? Cualquier hipótesis es más creible que suponer que ese territorio fuera la cuna vascona ¿Dónde están los vestigios epigráficos de ese lento avance vascón desde la parte central de los Pirineos hacia el oeste?
Por último, es razonable pensar que en los siglos V-VI los vascones, que ya habían adoptado algunas de las costumbres de sus poderosos vecinos francos, hicieran valer su prestigio militar y extendieran esas costumbres y su propia variedad dialectal del euskera entre la población occidental. Este hecho permitiría explicar
1º La poca variación entre los dialectos vascos de la que hablan los lingüistas (p.ej., Mitxelena) y
2º La fácil expansion del euskera "navarro" en unos terrritorios con lenguas vascas afines, frente a la problemática marginación del latín que postula la teoría de la vasconización tardía.
Y, sin embargo... la idea de un euskera vigoroso que fue capaz de conquistar nuevos territorios frente al sacrosanto latín es muy atrayente. ¿Por qué no, ahora también, un avance frente a las poderosas lenguas romances que le rodean?