En los alrededores de Península Valdés nos encontramos con una inusual toponimia: Puerto Madryn, Trelew, Rawson, Gayman...
Nos dicen que a mediados del siglo XIX nacionalistas galeses se acercaron a esta zona y tuvieron la utópica idea de asentar aquí una Nueva Gales. Repetimos la historia tal y como nos la cuentan. Tiempo habrá después de separar polvo y paja y acercarnos a la realidad.
“En 1865 representantes del nacionalismo galés visitan estas tierras y, con el permiso del gobierno argentino, deciden que podría ser un lugar adecuado para que una comunidd galesa se asentara en ellas. Las razones para esta emigración eran las duras condiciones de vida de los galeses en Gran Bretaña bajo la represión de las autoridades de Londres (sic). La idea inicial era que los primeros colonizadores de la región ( y, por tanto, de la Patagonia) fueran agricultores. Parece que éstos no lo vieron claro y, al final, fueron mineros galeses los que se animaron”
Es fácil imaginar las dificultades con que se encontrarían estos mineros, sin experiencia en las labores agrícolas, en este entorno hostil. La cuestión es que durante años subsistió aquí una colonia galesa, que hablaba su lengua céltica, que a mediados del siglo XX todavía un 25% de la población hablaba esa lengua y que, aún ahora, es posible encontrar ciudadanos, pocos, que la hablan. Aquí información algo menos romántica.
No estábamos nosotros por buscar extrañas lenguas europeas en la Patagonia (de hecho pasamos delante de un restaurante llamado Taska Beltza sin entrar en él) y tomamos como base el hostal El Retorno en Puerto Madryn (difícil encontrar gente más agradable y hospitalaria), para disfrutar de la fauna de Península Valdés y su entorno.
2010/04/06
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