2009/12/14
LA RELIGION DE LOS MAYAS (II)
Primeramente los dioses crean a los animales, pero como no los alaban los condenan a comerse unos a otros.
Posteriormente crean a unos seres de barro que son frágiles e inestables y también incapaces de adorarlos.
Un nuevo intento es crear a los seres humanos de madera pero resultan imperfectos y carentes de sentimientos. Los dioses los destruyen y se convierten en monos.
Por último, crean con éxito cuatro hombres a partir del maíz. Luego cuatro mujeres y los mayas comienzan a multiplicarse. Después de un período de lengua común, éstas comienzan a confundirse y aparecen las distintas tribus.
Como se ve, unos mitos similares a los mesopotámicos o judíos. Nada nuevo bajo el Sol.
Tampoco es original la realizaciónn de sacrificios a los dioses, aunque ello indignara a los delicados soldados y sacerdotes españoles que les “descubrieron”. Parece ser que en la creación del hombre a partir del maíz, los dioses utilizaron algo de su sangre. Los sacrificios humanos serían necesarios para devolver esa sangre a sus creadores y , de esa manera, revitalizarlos. El sacrificado tendría “el honor” de transformarse en materia divina. Después de la conquista española, los mayas seguirían aportando sangre a sus dioses mediante automutilaciones o mediante el sacrificio de animales.
De todos modos es lógico suponer que los sacrificios que los pueblos mesoamericanos realizaran a sus dioses estuvieran muy lejos de la orgía de sangre descrita en la película estadounidense Apocalypto de Mel Gibson. Por cierto, la ambientación se hace en un Tikal imposible en el siglo XVI y en idioma maya yucateca.
2009/12/12
LA RELIGIÓN DE LOS MAYAS (I)
Su iglesia, de estilo colonial, resume alguna de las creencias de los indígenas pertenecientes a la etnia tzotzil.
Lo primero que llama la atención al entrar en ella (rigurosamente prohibidas las fotografías) es que su suelo está cubierto de hojas de pino. El objetivo es transformar el recinto en sagrado, aislándolo del suelo, lugar de los muertos.
Un intenso olor a copal -una especie de incienso- inunda el edificio y hace que todo se vea a través de una neblina mágica.
Miles de velas iluminan la iglesia en la que destaca, en su altar mayor, la imagen de San Juan Evangelista, tan importante para los tzotziles tradicionalistas como el propio Jesucristo.
Decenas de hornacinas de santos con sus correspondientes velas encendidas jalonan los laterales de la iglesia.
Sentados en el suelo sobre las hojas de pino, grupos de indígenas repiten fórmulas en su idioma frente a más velas y diferentes botellas de refresco azucarado. Se frotan unos a otros ritualmente con telas, huevos... mientras vemos algunas gallinas atadas que serán utilizadas después en algún otro rito.
Alberto, nuestro guía, nos dice que los mayas tenían más de 200 dioses, siendo el principal el Dios Sol. Cuando llegaron los conquistadores españoles y trataron de alejarles de su politeismo, los indígenas asimilaron su Dios Sol a Jesucristo y sus otros dioses a santos de la religión conquistadora.
Tampoco les resultó difícil integrar la cruz cristina porque ellos utilizaban ese símbolo como representación de la ceiba, su árbol sagrado. En efecto, para los mayas la ceiba simboliza la unión (o separación, según se mire) del cielo y de la tierra y es también símbolo de las 4 direcciones del mundo. Su representación en forma de cruz aparece en algunos edificios de la ciudad maya de Palenque.Ceiba en Palenque
La iglesia de San Juan es también original por otros motivos. Desde mediados del siglo XIX los sacerdotes católicos no son los protagonistas de las ceremonias que se realizan en este templo ya que sólo imparten el sacramento del bautismo. Los otros ritos, funerales, bodas etc. son dirigidos por el mayordomo (una especie de chamán) de cada grupo familiar. Todas las familias tradicionalistas tienen un lugar sagrado cerca de sus casas, marcado por una o varias cruces verdeazuladas donde realizan los diferentes ritos o ceremonias.Lugar ritual de un grupo familiar
Altar en una casa tzotzilen Zinacantán
Recientemente, estos grupos tradicionalistas han entrado en conflicto con otras religiones cristianas nuevas en la zona: evangelistas, testigos de Jehová... Además de rechazar estas nuevas creencias, han obligado a sus practicantes a abandonar los pueblos de la zona quemándoles, en ocasiones, sus casas. Se habla de miles de desplazados hacia San Cristobal de las Casas.
El movimiento zapatista ha visto con malos ojos esta discriminación religiosa por parte de los tradicionalistas mayas y se ha enfrentado a ella en más de una ocasión. Los zapatistas consideran que la causa de este rechazo es el intento de algunos caciques de mantener sus privilegios.