En 1787 John
Adams estaba en Londres realizando labores diplomáticas para
su joven país. Allí escribió, en tres volúmenes, A Defence of
the Constitutions of Government of the United States of America (Defensa de la Constitución de los Estados Unidos de América).
La
publicación fue estimulada por los escritos de Jacques Turgot y de
Richard Price. Los libros están organizados en Cartas.
En
el primer volumen Adams describe y explora varias formas de gobierno
antiguas y modernas. Analiza las formas democráticas de gobierno de
varios cantones de Suiza, de San Marino, Bizkaia, formas de gobierno
aristocráticas en Venecia y Génova, repúblicas con monarca como
Inglaterra y Polonia, y antiguas repúblicas como Cartago, Roma,
Corinto, Atenas, Creta y Tebas.
La
Carta IV del primer volumen está dedicada casi íntegramente a
Bizkaia.
Junto a múltiples inexactitudes históricas y un cierto tono prerromántico, John Adams, que con el correr de los años llegaría a ser presidente de su país, hace en esta carta una encendida defensa de la libertad. A esta libertad atribuye el norteamericano el mayor nivel de vida que cree apreciar en los territorios vascos, comparados con los de su entorno.
Aquí está nuestra traducción:
DEFENCE
OF THE CONSTITUTION
LETTER
IV.
BISCAY.
(DEFENSA DE LA CONSTITUCIÓN. Vol I (1787). CARTA IV. BIZKAIA)
Estimado
Señor:
En
una investigación como esta, en busca de aquellos pueblos de Europa
que han tenido la habilidad, el coraje y la fortuna de preservar una
voz en su propio gobierno, Bizkaia, en España, no puede, en
absoluto, ser omitida. Mientras sus vecinos han abandonado hace mucho
tiempo todas sus pretensiones en manos de reyes y curas, este
extraordinario pueblo ha preservado su antigua lengua, genio, leyes,
gobierno y costumbres, sin innovaciones, más tiempo que cualquier
otra nación de Europa. De linaje celta, habitaron algunos de los
mejores lugares de la Bética, pero su amor a la libertad y su
invencible aversión a la esclavitud por el extranjero, les hizo
retirarse cuando fueron invadidos y vencidos en antiguas batallas, a
estos montañosos países llamados por los antiguos, Cantabria.
Fueron
gobernados por condes, enviados por los reyes de Oviedo y León,
hasta el año 859, cuando encontrándose sin líder, porque Zeno, el
que los comandaba, había sido hecho prisionero, se alzaron y
cogieron las armas para resistir a Ordoño, hijo de Alfonso III, cuyo
dominio era excesivamente riguroso para ellos. Eligieron como líder
a un descendiente de sangre real de Escocia, por parte de madre, y
yerno del gobernador Zeno. Le eligieron como su señor porque había
vencido a Ordoño en el año 870.
Sus
descendientes, que tendrán después el nombre de Haro, le sucederán,
de padre a hijo, hasta que el rey Don Pedro el Cruel, habiendo
ejecutado a aquellos que estaban en posesión del Señorío, los
obligó a un tratado, por el cual Bizkaia se unió, bajo el título
de Señorio, con Castilla. Por dicho acuerdo, el rey de España es
ahora Señor de Bizkaia.
Es
una república y uno de los privilegios en que más insisten es en no
tener ningún rey, que cada nuevo señor, para serlo, debe venir al
país en persona, con una de sus piernas descubierta, y jurar que
preservará los privilegios del Señorio. El actual rey de España es
el primero que ha sido halagado con el consentimiento de que el
juramento sea realizado en Madrid, aún cuando la otra humillante e
irrespetuos ceremonia haya sido abandonada hace tiempo.
El
interés en su defensa ha rodeado con murallas todas las ciudades de
la región. Estas son 21, siendo las principales Orduña, Laredo,
Portugalete, Durango, Bilbao y Santander. Bizkaia está dividida en
nueve merindades, especie de jurisdiciones como un departamento, y
cuatro ciudades en la costa. La capital es Bilbao. El país es una
conjunto de muy altas y escarpadas montañas, accidentado y rocoso
hasta el grado de que una compañía de hombres apostada en una de
esas montañas, podría defenderse tanto tiempo como pudiera
subsistir, haciendo rodar rocas sobre el enemigo. Esta formación
natural del territorio, que ha hecho impracticable el avance de los
ejércitos, y el osado espíritu de los habitantes, ha preservado su
libertad.
Activos,
vigilantes, generosos, valientes, duros, inclinados a la guerra y a
la navegación, han disfrutado durante dos mil años de la reputación
de ser los mejores soldados y marineros de España, e, incluso, de
ser los mejores cortesanos, habiendo alcanzado, algunos de ellos, por
su ingenio y actitud, oficios de importancia en la corte de Madrid.
Sus valiosos atributos los han llevado a ser estimados por los reyes
de España, quienes hasta la fecha les han dejado en posesión de
aquellas grandes exenciones de las que son tan celosos. En efecto, en
1632, la corte puso un impuesto sobre la sal: los habitantes de
Bilbao se levantaron y masacraron a todos los funcionarios encargados
de cobrarlo, así como a todos los funcionarios del gran almirante.
Fueron enviados tres mil soldados con objeto de castigarlos por
rebelión: pelearon contra ellos y los derrotaron totalmente, siendo
empujados al mar la mayor parte de ellos, lo que desanimó a la corte
para continuar con su plan de impuestos. Desde entonces el rey no
tiene funcionario de ningún tipo en el señorío, excepto su
corregidor.
Muchos
escritores atribuyen su floreciente comercio a su situación, pero
como esta no es mejor que la de El Ferrol o La Coruña, la ventaja es
más probable que sea debida a su libertad. Viajando a través de
este pequeño territorio, podrías imaginarte que estás en
Connecticut. En lugar de miserables cabañas hechas de barro y
cubiertas con paja, ves el país lleno de grandes y cómodas casas y
establos de los granjeros; los campos bien cultivados y ricos y
felices pequeños propietarios. Los caminos, tan peligrosos e
intransitables en la mayor parte de los otros sitios de España, son
aquí muy buenos, habiendo sido hechos con gran esfuerzo.
Aunque
el gobierno es llamado democracia, no podemos encontrar aquí toda la
autoridad concentrada en un centro. Hay, por el contrario, tantos
gobiernos distintos como ciudades y merindades. El gobierno general
tiene, al menos, dos niveles, el señor o gobernador, y el parlamento
bienal. Cada una de las 13 divisiones subordinadas tiene su gobierno
organizado, con su magistrado jefe al frente de él. Podemos juzgar
la forma de todos ellos por el de la metrópolis, que se llama a sí
misma, en todas las leyes, la noble e ilustre república de Bilbao.
Esta ciudad tiene su alcalde, quien es a la vez gobernador y
presidente de justicia; sus doce regidores o consejeros, fiscal
general, etc... y todos estos, bajo los títulos de consejo, justicia
y regimiento, reunidos en el palacio consistorial, dictan las leyes
en nombre del señor de Bizkaia, quien luego las confirma.
Estos
funcionarios, es verdad, son elegidos por los ciudadanos, pero por
ley tienen que ser elegidos, al igual que los diputados al parlamento
bienal o junta general, de entre miembros de unas pocas familias, sin
mancha, tanto por parte de padre y madre, por mezcla con moros,
judíos, nuevos conversos, penitentes de la Inquisición, etc...
Tienen que ser nativos y residentes, poseer mil ducados y no tener
intereses en negocios, manufacturas o comercio, y, por general
acuerdo entre todas las merindades, todos sus diputados de la Junta
General y todos sus regidores, síndicos, secretarios y tesoreros,
deben ser nobles, al menos caballeros, de tal manera que nunca
hubieran ejercitado ningún trabajo manual, ni ellos ni sus padres.
Vemos
así que el mismo pueblo ha establecido por ley una aristocracia
acordada bajo la apariencia de una democracia liberal.
¡Cuidado,
americanos!
Aunque
vemos aquí, en el gobierno general y en el de cada ciudad y
merindad, las tres ramas del poder, el de uno, el de pocos y el de
muchos, sin embargo, aunque ello fuera tan democrático como algunos
han pensado, en absoluto podríamos inferir del ejemplo de esta
pequeña comunidad asentada en unas pocas impracticables montañas,
en un círculo de aproximadamente 50 km de diámetro, la utilidad o
viabilidad de este tipo de gobierno en cualquier otro país.
La
tendencia a la division, tan evidente en todos los gobiernos
democráticos, atemperada, sin embargo, con poderes aristocráticos y
monárquicos, se ha hecho visible al separarse Gipuzkoa y Araba del
(conjunto) Lo único que ha evitado nuevas divisiones ha sido el
miedo a sus vecinos.. Siempre supieron que tan pronto como cayeran en
facciones o intentaran innovaciones, la Corte de España intervendría
y les impondría un gobierno que no iba a ser muy de su gusto.
LOS
GRISONES.
En
la república de las Tres Ligas de los Grisones, el soberano es todo
la gente de una gran parte de la antigua Retia. Se le llama República
democrática de las tres ligas. 1. La liga de los Grisones. 2. La
liga Caddee. 3. La liga de las Diez Jurisdicciones. Estas tres están
unidas por la confederación perpetua de 1472, que ha sido renovada
varias veces.La soberanía reside en el pueblo (los comunes) y todo
es decidido por una pluralidad de voces. Los comunes eligen e
instruyen a sus diputados para la asamblea general, que es realizada
una vez al año. Cada liga elige también a su jefe o presidente, que
preside las asambleas, cada uno en su liga. La asamblea general se
reúne un año en Ilanz, en la liga de los Grisones; un año en
Coire, en la liga Caddee; y un año en Davons, en la liga de las Diez
Jurisdicciones. Hay otra asamblea ordinaria, compuesta por kos
presidentes y los tres diputados de cada liga, que es llevada a cabo
en Coire el mes de enero. Además de estas asambleas regulares, se
convocan congresos: estas asambleas tienen lugar en Coire. Las tres
ligas forman un único organismo en los asuntos generales, y, aunque
una liga tiene más diputados que otra, se cuentan los votos sin
distinción de ligas. Dirigen separadamente sus asuntos particulares.
El país tiene aproximadamente 175 km de longitud y 150 km de ancho.
Incluso
en este feliz país, donde la igualdad es mayor que en casi cualquier
otro, hay familias nobles, quienes, a pesar de que viven del cultivo
de la tierra como sus vecinos y piensan que ello no es una desgracia,
están orgullosas de la inmensa antigüedad de su linaje, y se
vanaglorian de ello, tanto como lo hizo Julio César, que descendía
de una diosa..
LAS
PROVINCIAS UNIDAS DE LOS PAÍSES BAJOS
Hay
en Frisia y Overyssell, y quizás en la ciudad de Dort, ciertos
restos de poderes democráticos, los fragmentos de un antiguo
edificio, que puede posiblemente ser reconstruido, pero como no hay
nada que favorezca la idea de Mr. Turgot, no consideraré este país
de momento.
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