Era el año 1897 y hacia poco que el general Julio A. Roca había terminado triunfalmente la Conquista del Desierto, campaña militar contra los indios patagónicos -mapuches y tehuelches-
El
vasco Florencio de Basaldúa (Bilbao, 1853), amigo personal del general
Roca, aventurero, emprendedor y utópico, le hace una sorprendente
propuesta: crear una nueva Vasconia en tierras argentinas. Sugiere un
nombre -Eskal Berri-, indica su posible situación -entre los
paralelos 44º30' y 47º30'- e, incluso, señala las localizaciones de
algunas de las futuras poblaciones.
Mapa
de la colonia vasca que Florencio Basaldúa propone en 1897 al
presidente de la República Argentina, Julio A. Roca. Se pueden
identificar en él localizaciones como: Bilbao, Donostia y Baiona (en la
costa), Orduña, Pamplona y Vitoria (en el interior), Ibañeta, puerto que
cruza los Andes...
La idea de Basaldúa es
llevar unas 10.000 familias vascas a la nueva colonia en tres años. Sus
objetivos son, por una parte, alejar a esos vascos de la tiranía
española y francesa y, por otra, preparar la independencia Vasco
europeo, al igual que lo estaban haciendo los polacos e irlandeses de
Norteamérica.
Merece la pena recordar que para entonces ya existía una colonia de galeses en la cuenca del río Chubut, al N de la futura colonia vasca.
Este podía haber sido el mapa de la Patagonia si hubiera prosperado la idea de Florencio de Basaldúa.
Pero
¿que se pensaba en el País Vasco sobre esta posibilidad? En la vieja
Euskal Herria eran cada vez más las voces que hablaban de una situación
inaguantable: pérdida de los Fueros tras la derrota carlista (lo que
trajo como consecuencia, entre otras, que los vascos tuvieran que
realizar de forma obligatoria el servicio militar en el ejército
español; el euskera, el idioma de los vascos, era incapaz de resisitir
el avance de las lenguas romances; las nuevas ideas liberales se iban
abriendo camino en el conservador solar vasco...
Adema Zaldubi , prestigioso canónigo de Baiona, exclama: "Qui
sait? Tandis qu’ici, aux deux versants des Pyrénées, tant de Basques se
résignent trop aisément à l’extinction de leur nationalité, le même
peuple se reproduira peut-être bientôt plus grand qu’il ne le fut jamais
sur les plages libres que lui offre l’Amérique"
Sabino Arana, fundador del nacionalismo vasco, dice en 1894: "Nosotros,
los euskerianos, debemos saber que la Patria se mide por la raza, la
historia, las leyes, las costumbres, el carácter y la lengua, y que esta
Euskeria nuestra podría ser tan Euskeria, asentada en las estribaciones
occidentales del Pirineo y en el Golfo de Bizkaya, como trasladada a
una isla del Pacífico o a las costas de los Grandes Lagos africanos"
Es
sorprendente que Arana no haga mención a Argentina, destino de decenas
de miles de emigrantes vascos en esa época. Tal vez se lo impida su vivo
espíritu anticolonialista porque, a continuación, añade: "Mientras
existan familias indígenas en los archipiélagos y en los extensísimos
territorios del continente americano, a ellas pertenecen unos y otros y
no a los europeos, que se los han usurpado a aquellas pobres gentes" Cosas del mil veces injuriado Sabino Arana.
Se puede ampliar información sobre este tema en el interesante artículo de Kepa Altonaga Daniel Lizarralde medikuaren Moskorrak (1899) eta Florentzio Basalduaren Argentinako Euskal Herri Berria