Tucumán es una ciudad de tamaño medio, con ese aspecto conservador que ya hemos observado en otras ciudades latinoamericanas. El hostel en que nos alojamos está atendido por unos simpáticos muchachos que, cuando nos preguntan por nuestra razón de visitar su ciudad, quedan sorprendidos ante mi respuesta:
“Un antepasado mío fue Gobernador de Tucumán de 1707 a 1724, en el Virreinato del Perú”
En la calle recibo la censura de Isabel por mi comentario. Tal vez los jóvenes no hayan captado la ironía.
La realidad es que no he podido probar que Esteban de Urizar y Arespacochaga, nacido en Arrázola (Bizkaia) en 1662, perteneciera a la familia. La no existencia del acta de bautismo de su padre Esteban Urizar Uribelarrea lo imposibilta. Como la especulación es gratuita, yo supongo que el Gobernador haría desaparecer el acta (existen otras de.la misma época) para que no se pudiera demostrar su origen plebeyo. Eran tiempos de hidalguías y purezas de sangre.
Esteban de Urizar, nombrado Gobernador por el primer Borbón español, fue un personaje controvertido. Realizó una dura campaña contra los indios de la zona para expulsarlos del Chaco. Estos indígenas, diaguitas o calchaquíes, eran fuente de contínuos problemas para los intereses españoles en la región.
Antes de iniciar esta campaña reunió una junta de teólogos que determinó favorablemente sobre la justicia.de su intervención. El 19 de Junio de 1710 partió desde el fuerte de Esteco y apoyada por otras fuerzas de que salieron desde Salta y Jujuy, hizo replegarse a los diaguitas hacia el río Bermejo.
Así se expresaba el Gobernador de Tucumán ante Felipe V en 1708:
“El estado señor de ella presisa al último y eficas remedio que es, llevar la Guerra a fuego y sangre hasta desnaturalisar estos bárbaros de los bosques de que se abrigan donde viven como fieras sin política, ni propiedad o costumbre que paresca de hombres, sino de tigres sedientos de la sangre de los xptianos como lo acreditan las muchas muertes que han executado, y el común sentir de que comen carne humana; y aun son peores que tigres pues matan sus propios hijos como se vio en esta ciudad de Salta el año de setecientos y cinco”.
Casa Histórica de la Independencia. Lugar donde delegados de la mayoría de las Provincias Unidas del Río de la Plata, llamado el Congreso de Tucumán, proclamó la declaración de independencia de la Argentina, el 9 de julio de 1816. Es una de las pocas casas del siglo XVII que aún se conservan.
Se puede suponer que alguno de los paisanos del Gobernador (de Arrázola y alrededores) se asentaran en la región de Tucumán al amparo de su poder. Por ello, es posible que mi antepasado (éste probado) Juan Antonio Urizar Uribelarrea realizara en la zona los negocios que le permitieron enviar las ya mencionadas remesas de dinero a España.
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